domingo, 11 de diciembre de 2016

¡A SUPERVITAMINARSE!

“Eso es que te faltan vitaminas…" Es una frase que de vez en cuando, no sé bien en qué ámbito, hemos escuchado. Pero es una frase muy abstracta, porque vitaminas hay varias y su déficit tiene sintomatología diferente dependiendo del tipo de vitamina.

Podríamos definir “vitaminas” como un grupo de compuestos orgánicos esenciales y diferentes a los macronutrientes (hidratos de carbono, lípidos y proteínas), presentes en alimentos en cantidades pequeñas, y de consumo necesario ya que el organismo no genera suficientes. Su ausencia o déficit conlleva una enfermedad específica, y que varía dependiendo de la vitamina. De este modo, no es lo mismo que te falte vitamina C, que puede desencadenar en escorbuto en el peor de los casos (una enfermedad que afecta, entre otras cosas, a las encías), o déficit de vitamina K, la cual puede provocar hemorragias peligrosas, porque es un factor importante en la coagulación sanguínea. Como vemos, son cosas bastante diferentes.

Esquema vitaminas


Entonces, ¿por qué la población toma suplementos vitamínicos? Pues muy bien no lo sé, ya que es realmente extraño tener un déficit de todas las vitaminas, incluso de algunas de ellas en países desarrollados con un buen surtido de alimentos. De hecho, en España parece que el déficit vitamínico que más nos afecta es el que corresponde a la vitamina D, y es muy curioso ya que la mayoría de esta vitamina la podemos sintetizar gracias a los rayos de Sol. Sabiendo esto, antes de recurrir a suplementos por esta vitamina deberíamos probar a pasear más (y aumentar la actividad física, de paso) y consumir pescado azul y huevo, por ejemplo. En caso de necesitar suplementación, que sea bajo prescripción médica y únicamente la vitamina D. 


Otra vitamina a tener en cuenta, en caso de ser vegetariano o vegano, sería la B12. De serlo es importante suplementarse con la vitamina B12, es barato, eficaz y sin riesgo. Y si eres ovolactovegetariano (comes huevo y lácteos) y te ha surgido esta duda, sí, conviene suplementarse.




Pero volvamos a los suplementos vitamínicos porque de alguna forma se tienen que vender. Viendo el envase de uno de ellos, sabemos que se promociona como que “ayuda a recuperar energía”. Si entendemos energía como Calorías, esta expresión no tiene mucho sentido porque esta energía se obtiene de macronutrientes que este complejo vitamínico en concreto no tiene o, mejor dicho, tiene en mínimas cantidades y en forma de azúcar. Así que energía, como tal, no nos aporta. Además, en nuestro país (y en general en países desarrollados) es difícil tener un déficit de energía, y mucho menos azúcar.



Quizás lo que se quiera decir es que los suplementos vitamínicos nos ayudan a mantenernos más concentrados porque no nos sentimos tan cansados, pero según este estudio, parece que tampoco es así.

Pero bueno, no sé… Para algo servirán… aunque sea reducir el riesgo de mortalidad de alguna forma... Pues creo que en este aspecto también nos llevamos un chasco. 


Supongo que todavía puedes pensar que sirven, aunque sea para sentirse mejor uno mismo, vamos que nos alegra el ánimo. Sin embargo, de ser así, solo serían un placebo como cualquier otro, ya que también hay evidencias de que tampoco ayudan a mejorar el estado de ánimo



Y si la última baza es el ginseng, ya que algunos suplementos vitamínicos lo contienen, hay que decir que el dictamen científico de alegaciones de propiedades saludables de la EFSA (pág 8, apartado 1.3) justamente habla de un preparado muy parecido al que ponemos en las fotos para decir que tampoco sirve para lo que dice servir. 


Resumiendo, respecto a los suplementos vitamínicos: 
- No está demostrado que  nos mantengan o mejoren el rendimiento cognitivo.
- No está demostrado que mejoren el estado de ánimo.
- No está demostrado que disminuya el riesgo de mortalidad.


Por último, quiero recordar que las vitaminas no son inocuas y, a pesar de que tengamos un amplio margen en general, existen problemas derivados de un consumo excesivo de algunas vitaminas, por ejemplo, la hipervitaminosis A


Quizás Superratón no estaba tan en lo cierto...




Quiero agradecer a Inma Mora su gran ayuda en la realización de esta entrada. 


Bibliografía no hipervinculada: Krause Dietoterapia, Elsevier, edición 13.