Festivo tras festivo, cena de Nochebuena, comida de Navidad, cena de
Nochevieja, comida de Año nuevo y quizás… cena y comida de los días 5 y 6, por
tema de los reyes magos. Es complicado seguir una dieta saludable en estas
fechas, seamos realistas, porque no vamos a dejar de participar en los actos
sociales.
Para estos problemas puntuales, existen alternativas en farmacias que
pueden ayudarnos a paliar los efectos de tantas comidas y tal exceso de bebidas
alcohólicas. Uno de los casos es el aceite hipocalórico. Este aceite es como aceite
normal, pero una parte de este lleva parafina que, como su nombre indica, se
usa exactamente “para” ir “fina” (entiéndase como delgada, que encima esta
publicidad siempre va a mujeres).
Otra de las opciones que tenemos, aunque a veces no se encuentre en
farmacias, es el reiki alimentario. El reiki es una técnica milenaria que
consiste en transmitir tus energías a través del poder de las manos (rollo Son
Goku, pero sin tanta fuerza, porque tirarías kames y te quedarías sin cena) que, bien aplicado a la
alimentación, transmite esa energía al alimento que consigue degradar las
partes energéticas de las que se compone éste y, en consecuencia, engorda
menos.
2 ejemplos de cómo hacer Reiki a alimentos.
¡Importante! la mano no está en contacto directo
Y para las alternativas alcohólicas, lo más idóneo es la copita de
vino homeopática (recomendamos prepararla con tiempo). Esto es coger una
botella de vino nomal, descorcharla y meter el corcho en un vaso de agua.
Agitamos mucho (como unos 10 minutos) y quitamos el corcho del agua. De es
vasito, cogemos una gota y la metemos a otro vasito de agua y volvemos a
agitar. Repetimos la operación las veces que consideremos, acorde a nuestro
gusto. Si os gusta muy fuerte, recomendamos hacer 10 diluciones, pero a partir
de la décimosegunda hay que tener cuidado no nos vaya a salir cara la cena
pasándola en el hospital con un coma etílico, como en esta noticia.
Esperemos que os haya gustado, y feliz día de los inocentes.