jueves, 30 de marzo de 2017

FARMACIAS Y DIETAS (I)

“He pasado por mi farmacia y me han hecho una dieta”.

Sí, puede pasar. A pesar de que podría asemejarse a “he pasado por la óptica y me han hecho unas plantillas para los pies”, cada vez más farmacias ofrecen una “consultoría en nutrición” en sus oficinas y en unos horarios concretos. Suele ser una empresa externa la que se ofrece a dar esos servicios contratando, en el mejor de los casos (no sé hasta qué punto creerme esto… Quizás es en el peor de los casos), a Dietistas-nutricionistas o técnicos en nutrición. Vaya por delante que no les voy a juzgar, bastante complicada es la vida en general y en particular en el mundo de la nutrición como para dar lecciones de ética y moral a unas personas tituladas que buscan una salida profesional. Pero esto tiene lógica ya que si atendemos a la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias, sólo los titulados en Nutrición humana y dietética pueden hacer dietas (como todos bien sabéis, en España nadie más hace dietas, ¿verdad?), por eso prefieren esta titulación. Yendo al grano, hay farmacias que ofrecen servicios de nutrición y dietética. Pero eso que digo parece que está bien, ¿no? Pues no es tan fácil.



Cuando es una empresa la que te pone en una farmacia y te paga para ello, espera tener una rentabilidad económica que justifique que eso lo está haciendo bien. Esta rentabilidad la saca, mayormente, de la venta de productos que también se venden en la farmacia y que suelen servir poco para el objetivo.

Y podréis pensar “yo he ido y a mí una báscula me ha dicho mi composición grasa y de agua y lo que me pesa el hueso y mi número de pie (esto último no, obvio)”. Sí, es verdad, puede que os hayan dado un dato porcentual, que suele tener muy poca utilidad por el margen de error amplio de esa máquina, y os cuento un poco por qué. La Bioimpedancia (que es como se llama esta medición) puede ser útil si cumple unas condiciones de uso como: 

- No haber bebido agua ni haber comido en las últimas 4 horas
- Haber ido al baño previamente
 No hacer actividad física en un día
- No tener objetos metálicos encima




Hay algunas más, pero lo que quiero explicar con esto es que hacer una medición de bioimpedancia es un proceso más complejo de lo que creemos. ¿Y esto por qué? Pues sencillamente porque lo que realiza la báscula es un cálculo indirecto en base a la conductividad de tu organismo, enviando una corriente eléctrica por un electrodo y recogiéndolo en otro (las básculas pueden ser de 2, 4 u 8, normalmente).

Por esta razón, la mayoría de mediciones que se realizan en muchas consultas son erróneas, ya que en pocas ocasiones ni tan siquiera el paciente se quita los pendientes, como para decirle que vaya al baño y que venga a consulta sin ingerir nada durante las últimas horas. La parte conductora de nuestro organismo es el agua, por lo tanto puedo realizar una medición de bioimpedancia y obtener un resultado. Tras esto, me bebo un litro de agua y realizo una segunda medición, lo cual no tiene mucho que ver con la anterior. ¿Me está calculando correctamente la masa grasa? Evidentemente no.

Pero a mí me hicieron un estudio en base a mis pliegues y circunferencias”. Podría ser una forma más exacta, pero tampoco es un método sencillo, y para realizar mediciones corporales mediante pliegues, longitudes y circunferencias de una forma precisa, conviene seguir un procedimiento estandarizado como el de la “International Society for the Advancement of Kinanthropometry”. A través de esta asociación, te puedes acreditar en diferentes niveles para realizar las medidas mediante su procedimiento concreto, y tengo serias dudas de que todos los que realizan estas mediciones tengan un curso así. ¿Y por qué es necesario tener un procedimiento estandarizado? Pues porque una medición puede variar mucho dependiendo de la persona que lo haga, incluso de las referencias que tome una misma persona en un momento u otro. Veamos un ejemplo:
El riesgo cardiovascular se mide mediante el índice cintura/cadera. Es muy probable que si pregunto a varias personas “donde medimos la cintura y la cadera” me digan cosas completamente diferentes. A parte, de que la zona pélvica y abdominal varía conforme nos desplazamos hacia arriba o abajo en el organismo, así como si el aire en los pulmones está inhalado o exhalado en ese momento.  Así que está claro que dos personas nos darán dos medidas que pueden variar bastante.



Pero aún así, imaginémonos que nos han medido suficientemente bien y, como pesar y medir no es tan difícil (medir también está estandarizado), me han calculado un IMC y saben ya si tengo o no sobrepeso (que tampoco es tan fácil, como nos cuenta en esta entrada un gran nutricionista como Juan Revenga), ahora procederán a realizarnos nuestra dieta para perder peso. ¿Cómo lo harán? Pues si fuera un dietista de verdad actuando de forma profesional, el método (muy general y resumido) consiste en:
1. Conocerte a fondo en cuanto a salud: Hábitos saludables o no, realización de deporte, horas y tipo de trabajo, etc.
2. Conocer al máximo tus hábitos y tus posibilidades dietéticas.
3. Conocer otros temas que puedan afectar (situación económica, personal, social, cuántos comen en casa, quien cocina, etc.)
4. Tras esto (y me arriesgo a no dejarme cosas poniendo los “etc.”) realizará la pauta que mejor se adecue a tu situación individual e intransferible.

Rara vez mandará suplementos nutricionales de algún tipo y, de hacerlo, es posible que te recomiende consulta previa al médico (por ejemplo, mujeres que puedan estar embarazadas y ciertas vitaminas)



¿Y con qué nos encontramos en estas consultas? Con que nada de esto, o muy poco sucede. De darnos una dieta, será genérica, que (no) vale tanto para ti como para cualquier otra persona que pese, mida y comparta edad contigo (si tienes suerte, hasta tienen en cuenta el gasto energético por actividad física). Y esto no es tan sencillo.


Por último, puedes estar casi convencido de que van a tratar de venderte suplementos nutricionales, que es de dónde obtienen más beneficios, que pocas veces sirven de algo y que podremos ver en la segunda parte de esta entrada.

2 comentarios:

  1. Amén.
    Información nutricional desde preescolar.
    Magufadas desde primaria.
    Y si nos tomáramos el tema de la nutrición como un elemento básico que es de nuestra salud la cantidad de beneficio personal y ahorro comunitario que conseguiríamos.

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