jueves, 11 de mayo de 2017

FARMACIAS Y DIETAS (II): DIURÉTICOS

Retomamos el tema de las dietas que se realizan en oficinas de farmacia a cargo de una persona contratada por una empresa con ánimo de lucro y poco interés por la salud. En la entrada anterior hablamos de todo el postureo previo (e ineficaz) que se realiza por medio de los “profesionales”, y que lleva como segunda fase a la entrega de una dieta genérica (no individualizada), de las cuales tendrán 2 o 3 tipos clasificados por diferente carga calórica (les suele gustar bastante la de 1500 Kcal).

Nota: Las dietas basadas en cálculo y conteo de Calorías están muy en entredicho, como ya he comentado en algún momento.


Si todo ha ido bien hasta aquí, el siguiente paso y no menos importante es la venta de suplementos nutricionales. Este paso es muy importante para la empresa porque es donde realmente va a adquirir unos ingresos significativos, y muy importante para mi porque voy a hablar precisamente de estos productos, los cuales hay muchos y muy variados e imposible abarcar en una sola entrada, por lo cual vamos a empezar por un tipo de productos que se utilizan a menudo en dietas de adelgazamiento: los diuréticos.



Para empezar, cabe decir que el proceso de adelgazamiento es aquel en el que se sufre una pérdida de masa grasa, que es lo que nos sobra. A menudo, tiene como consecuencia una pérdida de masa magra, pero no es el objetivo de este proceso. ¿Por qué digo esto que parece tan obvio? Porque la pérdida de peso por cualquier cualquier compuesto que no sea grasa no debe considerarse adelgazamiento. Y a través de la orina no perdemos grasa. De hecho la mayor parte de la orina es agua, acompañada de electrolitos, urea, ácido úrico y algunas hormonas.


Para continuar, es importante remarcar que el agua que perdemos la vamos a reponer en prácticamente la misma cantidad, para mantener estable el equilibrio en nuestro organismo, ya que la pérdida del 10% de nuestro peso corporal en agua empieza a desencadenar problemas graves en sistemas orgánicos, y si aumenta al 20% puede provocar la muerte. El exceso de agua (consumir más de la que el cuerpo puede expulsar) también tiene sus riesgos, pero es un caso poco común en sujetos sanos. (Krause dietoterapia, 2012).




¿Y por qué los diuréticos se utilizan bajo la premisa de dietas de adelgazamiento? Porque en muchas ocasiones se trata de hacer creer al paciente que su sobrepeso viene de una retención de líquidos, cuando no lo es. Una retención de líquidos puede provenir de un sobrepeso, entre otras muchas causas (problemas de circulación, desajustes hormonales, algunos fármacos…), por lo cual si tratamos ese sobrepeso, el problema de la retención puede remitir. Lo que pretendo explicar con esto es que una retención de líquidos debe estar bien diagnosticada, por lo que la mayoría de las prescripciones de diuréticos no van a ser de ninguna utilidad, y que el abuso de este tipo de productos o sustancias no es inocuo.

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