Esta entrada va a ser
una pequeña excepción a lo que veníamos haciendo hasta el momento, ya que va a
ser el primer producto del cual no tenemos certeza que se esté vendiendo en
oficinas farmacia (no quiere decir que no se haga, sino que no conocemos ningún
caso). ¿Por qué lo hacemos? Primero, porque gente interesada en este producto
puede acudir a una oficina de farmacia a pedirlo, y esto sí sabemos que ha ocurrido.
Segundo, y mucho más importante, porque se
promociona como remedio para curar el cáncer, lo cual puede ser realmente
peligroso.
En una entrada anterior hablábamos resumidamente de qué es una vitamina y cuáles son las
vitaminas esenciales para los seres humanos, por lo cual no profundizaremos en
esta explicación. Pero, al repasar dicha explicación, se puede observar que la “vitamina” B17 no
puede adaptarse a esta definición debido a que no es una molécula que
necesitemos consumir para evitar una posible carencia que nos llevaría a una
enfermedad, como sí puede ocurrir con el resto de vitaminas de verdad. Esta
falsa vitamina se corresponde con un compuesto al que llaman laetril o
amigdalina, por lo tanto cogeremos estos términos para referirnos a ella, porque
no es una vitamina.
Vamos al grano. En Internet
podemos encontrar fácilmente que el laetril cura el cáncer de forma natural, aunque no especifica más. Cura el cáncer, así en general, obviando que existen muchísimos tipos de cáncer que actúan y se desarrollan de forma diferente. Un cáncer, de la forma más resumida posible, es una enfermedad en la cual un grupo de células empieza a dividirse continuamente. Pero podemos entender que no es lo mismo que ese tipo de células sean sanguíneas, pancreáticas, o epiteliales, por lo cual cada tipo de cáncer se trata como una enfermedad diferente, siendo el tratamiento y el avance de la enfermedad también diferente. Por esto, decir que "cura el cáncer" nos debería generar muchas dudas, entre otras, "¿qué tipo de cáncer es el que cura?".
Pero sigamos con lo que se dice de la amigdalina o laetril. En este tipo de compuestos, se observa la historia de siempre. Una zona oriental en la que no se ha padecido cáncer, que si las farmacéuticas no quieren investigarlo, que si se descubrió hace más de 200 años, y demás historias extrañas que buscan la venta de este producto.
¿Y qué es lo que sabemos de esta molécula? Sabemos que es una molécula que se encuentra presente en semillas de fruta procedentes de árboles del género Prunus, como pueden ser el albaricoque o la almendra. Pero es que además, la amigdalina es un compuesto cianogénico, lo cual quiere decir que puede generar cianuro (sí, las almendras amargas pueden tener cianuro). ¿Cianuro? ¿Veneno? ¿Me voy a morir? Tampoco saquemos las cosas de contexto, que Paracelso ya nos dio alguna idea de qué podría considerarse un veneno.
Entonces... ¿Cura el cáncer? No, no lo cura. Y no me voy a enrollar mucho con esto, porque un referente en evidencia científica como es Cochrane ya lo ha hecho en este estudio de revisión con 200 referencias tomando las siguientes conclusiones:
- La afirmación de que laetrile o amigdalina tienen efectos beneficiosos en pacientes con cáncer no está apoyada por datos sólidos
- Existe un riesgo considerable de envenenamiento por cianuro tras la ingestión por vía oral
- El balance riesgo beneficio es "unambigously" (sin ambigüedad, inequívocamente) negativo.
Es bastante contundente, pero no ha sido el único, ya que también tenemos este otro que nos dice que no hay evidencia de que la amigdalina induce una regresión tumoral y , por último, el instituto nacional del cáncer también nos recuerda su no eficacia.
Dicho esto no me queda más que recordar lo peligrosas que son las terapias alternativas en enfermedades serias como puede ser el cáncer, ya no porque nos vayan a perjudicar, sino porque desplazan el tratamiento convencional que sí podría sanarnos y terminar falleciendo "muy naturalmente". ¿Exagerado? Pues Steve Jobs fue un ejemplo claro de esto y, recientemente, un niño italiano también sustituyó el tratamiento convencional por uno alternativo, con resultado similar. Son dos ejemplos, pero no los únicos, que nos explican que la pseudociencia y las terapias alternativas matan, y no olvidéis que la B17 utilizada como remedio contra el cáncer es un tratamiento alternativo.
Entonces... ¿Cura el cáncer? No, no lo cura. Y no me voy a enrollar mucho con esto, porque un referente en evidencia científica como es Cochrane ya lo ha hecho en este estudio de revisión con 200 referencias tomando las siguientes conclusiones:
- La afirmación de que laetrile o amigdalina tienen efectos beneficiosos en pacientes con cáncer no está apoyada por datos sólidos
- Existe un riesgo considerable de envenenamiento por cianuro tras la ingestión por vía oral
- El balance riesgo beneficio es "unambigously" (sin ambigüedad, inequívocamente) negativo.
Es bastante contundente, pero no ha sido el único, ya que también tenemos este otro que nos dice que no hay evidencia de que la amigdalina induce una regresión tumoral y , por último, el instituto nacional del cáncer también nos recuerda su no eficacia.
Las almendras y los albaricoques son muy saludables, pero no mágicos, no curan el cáncer |
Dicho esto no me queda más que recordar lo peligrosas que son las terapias alternativas en enfermedades serias como puede ser el cáncer, ya no porque nos vayan a perjudicar, sino porque desplazan el tratamiento convencional que sí podría sanarnos y terminar falleciendo "muy naturalmente". ¿Exagerado? Pues Steve Jobs fue un ejemplo claro de esto y, recientemente, un niño italiano también sustituyó el tratamiento convencional por uno alternativo, con resultado similar. Son dos ejemplos, pero no los únicos, que nos explican que la pseudociencia y las terapias alternativas matan, y no olvidéis que la B17 utilizada como remedio contra el cáncer es un tratamiento alternativo.